Soleil
Provengo de una familia de Hipnosommus.
Los Hipnosommus son criaturas mágicas tanto de la luz como la oscuridad que son considerados como guardianes del sueño.
Eso significa que podemos ayudar a un ser (especialmente a los brujos) a dormir bien y que tenga un buen sueño. En pocas palabras, velamos el sueño de alguien cada vez que esté pasando por un momento difícil y tenga pesadillas, para que pueda descansar.
Además de eso, somos de las pocas criaturas que podemos cambiar nuestro sexo cada vez que queramos. Eso quiere decir que podemos ser hombre o mujer, dependiendo como nos sintamos mejor.
Mi familia ha existido por varias generaciones, de modo que entre nuestra comunidad de Hipnosommus, somos una familia respetada. Aunque no por eso quiere decir que seamos criaturas con demasiada riqueza porque no es así. No obstante, vivimos mejor que muchos de nuestra especie.
Somos importantes en nuestra comunidad, pero para Demerth en general, no. Somos una familia como cualquier otra, ya que los que realmente pueden tener un estatus importante, siempre tendrá que ser una familia de brujos.
Los brujos son los que tienen más poder en Demerth, y eso se debe a que son más en nuestro mundo; así como son los que controlan mejor la magia que La Madre Naturaleza nos otorga.
Mi familia está conformada por mi padre (Samuel Moh), mi madre (Amelia Moh), dos hermanos (Emil y Camille) y yo (el pequeño de la familia).
Cuando mi madre me dio a luz, nací como niña de cabello negro y ojos violetas. Mi madre suele decirme que cuando al fin me tuvo entre sus brazos, al mirar por la ventana de su habitación, vio un hermoso amanecer donde el Sol se veía más radiante que nunca. Fue por ello que así quiso llamarme:
Soleil.
Desde que nací, fui diferente a los demás; y no estoy hablando de que tenía un talento impresionante o que era demasiado inteligente para mi edad, porque no es así.
Sino por el hecho de que me es difícil expresar mis emociones y sentimientos a través de mi rostro. No importa si me siento enojado, triste, feliz o asustado, mi rostro siempre está serio. Aun si intento con todas mis fuerzas poder mostrar algo diferente en mi cara.
Ser diferente es difícil...
Lo supe desde que tuve 4 años al tener la capacidad suficiente para entender que todos podían arrugar su frente; alzar las comisuras de sus labios; que su barbilla temblara; mover sus cejas entre otras cosas; cada vez que querían mostrar una emoción, pero yo no.
A simple vista pareciera que eso no podría causar problemas, puesto que cuando alguien que no era mi familia me veía, aun si tenía el rostro serio, recibía elogios como "Es tan linda" "Es una niña hermosa" "Tendrá varios pretendientes en el futuro" "Quien robe su corazón será muy afortunado o afortunada". No obstante, ya sea en una fiesta, en una cena con amigos de mis padres o ante un funeral, era cuando los seres a mi alrededor se daban cuenta que era diferente, que nunca quitaba mi expresión fría y no mostraba ninguna empatía ante un trágica situación o felicidad por el logro de alguien más.
Me malinterpretaban todo el tiempo, y por ello mismo, no logré hacer ningún amigo que no iba más allá de mis familiares (siendo dos primos con los que jugaba), ya que me tenían miedo por mi extraña actitud o recibía burlas por ser una rara.
Este aislamiento por parte de los niños que conocía, influyeron para que me convirtiera en alguien tímida.
Al principio me dolía ser rechazada de esa forma por los demás, pero cuando llegué a la edad de 6 años; fui lo suficientemente madura para para entender que no importaba cuánto lo intentara, era imposible poder expresar en mi rostro mis emociones y que posiblemente sería mi familia la única que me quisiera tal y como soy.
***
Habían pasado ya más de 9 meses desde que había cumplido 6 años cuando un suceso que no esperaba que me ocurriera hasta los 16, pasó.
El Sol apenas había salido cuando abrí lentamente mis ojos ya que siempre tuve el hábito de despertar al mismo tiempo que aparecía este cálido astro.
Todavía adormilada, salí de mi habitación para dirigirme al baño que se encontraba enfrente de la habitación de mi hermano Emil. Una vez que estuve ahí, me eché agua en la cara para despertar y al tomar mi cepillo de dientes, me miré al espejo y al ver mi reflejo...
Tiré el cepillo que estaba en mi mano, sentí mi respiración agitada y aunque no había ninguna reacción en mi rostro, en mi mente estaba gritando de terror llamando a mi mamá. Y es que a excepción del color de mi cabello y ojos, mis orejas puntiagudas, y la piel blanca, mi aspecto había cambiado.
Ya no tenía mi cabello liso que me llegaba hasta mi cintura, ahora era corto; las facciones de mi rostro ya no eran tan delicadas como la de una niña; y cuando alcé el camisón rosa para dormir que tenía puesto, fui consciente que entre mis piernas ya no tenia vagina sino ahora un pequeño pedazo de carne que colgaba... Mi pene.
Me había manifestado con mi otro sexo. Era un niño y eso me asustó. No porque no me gustara mi aspecto masculino sino que la primera manifestación de un Hipnosommus como su sexo opuesto a como nació, suele ser hasta los 16 años. Siendo esto la prueba suficiente de que al fin nos hemos desarrollado completamente para poder velar el sueño de un Demerthdiano.
Pero yo... Me había manifestado antes de tiempo.
Aún congelado enfrente del espejo, tratando de entender lo que estaba pasando; alguien tocó la puerta del baño.
— ¡¡Emil!! ¿Estás en el baño! ¡Deja de cagar! ¡Necesito tomar una ducha, tengo clases! — tocó desesperadamente mi hermana Camille.
Entonces, la puerta de la habitación de mi hermano se abrió. —¿Por qué haces tanto escándalo!— oí del otro lado. — ¡Estoy tratando de estudiar las diferentes maneras de entrar a la psique de un monstruo! Es jodidamente difícil... Tantos conceptos y diferentes métodos para cada tipo de monstruo que hay en Demerth. — Se quejó. — Y por si fuera poco, tengo a un Warlock súper estricto y maldito como profesor.
—Upss... Lo siento — rio con nerviosismo. — Pensé que estabas adentro y ya que mi padres están abajo... Debe estar Soleil adentro. — Volvió a tocar la puerta, pero más suavemente. — Soleil, linda... ¿Te falta mucho? Es que se me hace tarde.
Abrí lentamente la puerta mientras apretaba mis pequeñas manos que estaban entrecruzadas. Alcé la vista y cuando ella me vio, su sorpresa fue inmediata.
—Pero... ¿Qué? Soleil... — Apenas si pronunció mientras abría más sus ojos verdes oscuros. Llevaba puesto la bata de baño color morado, y su cabello castaño-pelirrojo (como el de mi mamá) estaba hecho un desastre.
Mi hermana me llevaba por 10 años, por lo que tenía 16.
—¡Por el Sol y la Luna! —exclamó Emil. Él también había sacado el cabello de mi madre. De hecho, fui el único que heredó el color de cabello de mi padre. Tenía 19 años y era más alto que papá. Los irises de sus ojos eran de un rojo carmesí. — ¡Ya te manifestaste como un hombre!¿¡Qué mierda!? — dijo con emoción en sus ojos y se acercó a mí para cargarme y darme vueltas.
Mi hermana también se acercó y nos abrazó para después gritar con alegría. — ¡No puede ser! ¡Eres muy joven todavía! ¡Oh por La Madre Naturaleza! — Entonces corrió para bajar las escaleras y dijo en voz alta. — ¡Mamá, papá! ¡Vengan rápido! ¡Soleil ya se convirtió en un niño!
Ambos hicieron una expresión de asombro y rápidamente subieron las escaleras. Mi hermano me dejó en el suelo y ambos al verme, se mostraron extasiados. Por lo que al fin dejé de sentir miedo por haberme manifestado antes de tiempo.
Si ellos estaban felices , no había malo en mí ¿verdad?
—Oh, mi niña... — Los ojos de mi madre se llenaron de lágrimas. — Te has manifestado...
—Y aun siendo niño, es muy lindo— comentó Emil.
—Por supuesto — ella acarició mi mejilla. —Yo lo di a luz.
—Mamá...— dije en voz baja. — Soy niño antes de ser grande. ¿Eso está bien?
—Claro que sí — respondió mi padre por ella viéndome con orgullo. — Sólo ponemos la edad de 16 años como referencia para manifestarnos completamente como nosotros, porque la mayoría lo hace a esa edad, pero no hay nada de malo si lo haces antes de eso.
—Exacto. Es más, si lo haces antes es algo que celebrar y admirar. — Pronunció mi madre.
—¿De verdad? — la vi sorprendido.
—Sí, enano. — Habló mi hermano mayor. — Eso quiere decir que La Madre Naturaleza ha escogido a alguien de la familia para ser alguien especial y ese eres tú. Lo que significa que gracias a ti, podemos ser bendecidos por ella, tanto en salud, riqueza o buena suerte.
—Es cierto, — mencionó Camille.—He leído en clase varias leyendas que dicen que si una criatura de una familia de Hipnosommus se manifiesta antes del tiempo que todos lo hacen, trae para la familia cosas buenas para todos. Y aunque no hay muchos casos de eso, con los que si les ha pasado, confirman que las leyendas son ciertas.
—Así que no te asustes, cariño— me dijo mamá. — No hay nada malo con esto. Es algo bueno, muy bueno y tenemos que celebrar.
Miré a cada uno de ellos quienes tenían una gran sonrisa y sintiéndome muy feliz por ser considerado alguien especial y no un raro. Sin mostrar nada en mi rostro, abracé a mi madre con fuerza.
—Estoy feliz.
Ella me regresó el abrazo — Lo sé, y nosotros por ti.
Fue entonces que mis hermanos y mi padre se unieron al abrazo. Todos orgullosos de mí, haciendo comentarios de que los vecinos nos envidiarían de ahora en adelante, seríamos más respetados y que definitivamente nos pasarían cosas muy buenas.
En mi caso, si era cierto que ser especial traía cosas buenas, sólo le pedía a La Madre Naturaleza que me ayudara a encontrar a un amigo de verdad, un amigo que me entendiera y que me quisiera tal y como soy.
Sólo eso.
Y siendo ella tan bondadosa, años después, lo encontré.
***
Es la primera vez que escribo sobre una criatura mágica que yo creé 🙊...
Muchas gracias por leer :3❤️
Hasta la próxima actualización 😌
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